13/12/2011
El presidente electo Otto Pérez Molina presentó el “Corredor Tecnológico Interoceánico” como una de las prioridades en infraestructura de su administración, el buque insignia de la nueva ley de alianzas público-privadas. En realidad, se trata del puente privado más grande del país, de 4 mil kilómetros, promovido por empresarios, exmilitares, algún apoyo del ejército y 46 municipalidades. De momento, es un plan. Con posibilidades de promover mucho desarrollo o muchas decepciones.
El corredor, que irá de Izabal a Jutiapa, será una “finca privada” que atravesará Guatemala de océano a océano, y representará poco más del 3 por ciento del territorio. Un nuevo modo de gestionar la construcción de infraestructuras y lograr concesiones a través de los municipios. El Corredor Tecnológico promete ser la mayor inversión de la historia de Guatemala, gestionada por una generación empresarios y de exmilitares que desde las alianzas público-privadas ofrecen traer desarrollo y, de paso, recuperar cuotas de poder.
Una obra de ingeniería que pretende atravesar los 336 kilómetros que separan ambas costas del país construyendo un canal seco de 140 metros de ancho y que contendría una autopista, una vía de ferrocarril y un oleoducto, infraestructuras que servirían para conectar dos puertos, uno en cada extremo, uno en cada océano de los que bañan Guatemala.
Un proyecto que, de concretarse, supondría una competencia real y directa con el Canal de Panamá y que, con una inversión estimada en torno a los US$12,000 millones de dólares, pretende convertirse en palabras de Otto Pérez Molina en la "mayor inversión que haya recibido el país en años".
Aunque parece escucharse a la vuelta de la esquina, al día de hoy, el Corredor Tecnológico sigue siendo una idea, una idea grande, una idea avanzada, que comienza a tomar forma, pero con un sinuoso camino por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario